TESTIMONIOS

BEATRIZ MOLINA ALMAGRO (Villajoyosa, 1991)

Linfoma de Hodgkin

“Tenía veintiún años cuando me diagnosticaron la enfermedad, y veintidós cuando me realizaron un trasplante autólogo; posteriormente necesité otro trasplante, esta vez fue de médula de mi hermana Inma; durante el tratamiento tuve algunos efectos secundarios. En el primer trasplante tenía ansiedad, pero en el segundo me sentía más tranquila; recuerdo que cuando estaba ingresada en el hospital, sentía unas ganas tremendas de salir a la calle, de respirar el aire fresco y de ver el mar. Siempre recibí mucho apoyo por parte de mis padres y de mis hermanas; ASLEUVAL también me ayudó mucho; y en el aspecto médico, todos se portaron muy bien conmigo, desde los hematólogos hasta las enfermeras, que realizan un gran trabajo y con mucho cariño, todas ellas son excelentes. Cuando te encuentras ingresada debes pensar que esa racha pasará, en lo que harás cuando salgas; hay que tener ánimo y paciencia, y no centrarte tanto en la enfermedad. A pesar de llevar seis años sin parar de quimioterapias, continúo sonriendo y con muchas ganas de seguir hacia delante, de vivir. Hay que disfrutar con lo que tenemos en cada momento. Cada día es un regalo y me siento muy afortunada de ver cómo me encuentro ahora mismo a pesar de no estar curada al 100% y de haber pasado tantas cosas sin descanso. Nunca pierdo el optimismo”.

BEATRIZ MOLINA ALMAGRO (Villajoyosa, 1991)

JOSÉ T. CERVERA CERVERA (Loriguilla, 1957)

Leucemia mieloblástica aguda

“En abril de 2009 me la diagnosticaron, recibí un solo tratamiento de quimio, y durante ese período no tuve grandes complicaciones, ni tampoco necesité transfusiones. Me siento muy agradecido con mi familia, mi médico y las enfermeras.

En el aspecto sexual, durante el período de tratamiento mi actividad fue nula, pero… una vez superado, volví a la normalidad. Me animaba mucho pensar en la familia. Hay que mirar en positivo, de esto se puede salir. Ahora me encuentro bien, con ganas de empezar de nuevo a vivir.

La experiencia, para mí, ha sido positiva, pues he comprobado que se puede vencer la enfermedad y continuar con nuevas expectativas”.

JOSÉ T. CERVERA CERVERA (Loriguilla, 1957)

ANA JAEN (Salamanca)

Un 13 de enero cambio mi vida, lo que prometía ser un día estupendo de rebajas, acabo siendo el peor día de mi vida, sobre las cuatro de la tarde recibí una llamada, era mi médico, algo no había salido bien en mi analítica rutinaria, me dijo que bajara al hospital y me pidió que no fuera sola, fui con una amiga y lo primero que hicieron fue repetirme la analítica y al poco rato una doctora encantadora me dijo que tenía que ingresar, eso si, añadió que tenía mucha suerte, que tenía una leucemia de buen pronóstico.

Yo no daba crédito solo pensaba “se están equivocando” y ahí, empezó todo. Ingreso, tratamiento, efectos secundarios, mucositis, vómitos, cansancio, y lo peor para mí, mi pelo.

A veces echo la vista atrás y lo veo como algo no real, me cuesta recordarlo, fue una época dura, aunque también saque muchas cosas positivas, ves realmente quienes son tus amigos, valoras tu tiempo, aprendes a relativizar las cosas y a aprovechar los buenos momentos, te das cuenta también de que el mundo sigue sin ti, que tus hijos pueden seguir sin ti, que la vida continua, aunque tú te pares.

Es duro, se pasa mal, pero se sale, y eso que dicen que la actitud es muy importante, es así. Despertarte con el pensamiento de que es un día menos de tratamiento y agarrarte a lo bueno de cada día, a mi me ayudaba sentirme guapa y por ello cada día me levantaba, me ponía mi peluca y me pintaba los labios y me veía guapa, delgada, peinada, pintada… no quería que mis niños me vieran fea y sobre todo no quería verme fea.

Fueron meses largos pero al final escuche las palabras mágicas: “remisión completa

De esto han pasado ocho años y aún recuerdo cuando la doctora me dijo: “esto acabará siendo una anécdota en tu vida”.

ANA JAEN (Salamanca)

FERNANDO J. SANAHUJA FERRER (Valencia, 1975)

Leucemia mieloblástica aguda

“La enfermedad me la diagnosticaron en agosto de 2003, y en diciembre de ese mismo año recibí el trasplante de médula de mi hermana. En el tratamiento padecí neumonía, y después del trasplante se me desarrolló la EICH, que sigue haciendo de las suyas, pero…todo asumible.

Durante esa etapa siempre fui muy positivo y muy obstinado, sabía que la enfermedad no iba a poder conmigo, de hecho,  después he sido papá dos veces, y he estudiado una carrera universitaria. Me siento muy agradecido con mi  madre,  con ASLEUVAL, y con el personal del hospital.
El trasplante me ha dado una nueva vida por descubrir y disfrutar”.

FERNANDO J. SANAHUJA FERRER (Valencia, 1975)

ROSA GARCÉS VILLALONGA (Castellón, 1969)

Leucemia linfoblástica aguda

“En noviembre de 2006 me diagnosticaron la enfermedad, y en marzo de 2007 recibí un trasplante de médula de mi hermano.

Durante mis ingresos me ayudaba mucho hablar por teléfono con mi gente, y sobre todo, hacer punto de cruz: bordaba para mi sobrina Martina, este entretenimiento fue mi salvación. Durante el tratamiento tuve fiebre alta y problemas en la vesícula, también se me desarrolló la EICH que me afecta a la piel, pero, nada más, tengo mis cositas, pero… creo que ya es por la edad.

Estoy muy agradecida con mi familia, mis amigos, con el equipo de enfermería y auxiliares, y con los médicos que me atendieron, en especial, con el doctor Jaime Sanz y el doctor Rai García. Esto fue algo que me tenía que pasar en la vida, y gracias a ello he podido conocer a la gente de ASLEUVAL. Hay que tener mucho ánimo, pensar que, aunque lo pasarás mal, se sale; hay que ver siempre el lado positivo de las cosas”.

ROSA GARCÉS VILLALONGA (Castellón, 1969)

ALBERTO RODRÍGUEZ (Salamanca)

Linfoma de Hodking

Mi nombre es Alberto, fui diagnosticado de Linfoma de Hodking en abril de 2016 con 35 años. Hasta el día que me diagnosticaron la enfermedad mi ignorancia sobre las enfermedades de la sangre era máxima. Con lo cual el día que me informaron de dicha enfermedad no me descolocó en absoluto ya que, debido al desconocimiento respecto a dichos cánceres era total, y mi mecanismo de reacción fue ignorar que yo podría sufrir esta enfermedad. Todo fue muy rápido ya que después de varias pruebas diagnósticas y la confirmación de dicho tipo de Linfoma el tratamiento fue inmediato, debido a que el Linfoma estaba muy avanzado. El haber descubierto que yo sufría cáncer viene después de un período de seis meses en traumatología, debido a que sufrí una rotura de un tendón de hombro. Acto casual ya que todo indicaba que los dolores en el plexo braquial y posterior inflamación del trapecio vendrían a consecuencia de dicha rotura pero por suerte o por desgracia, nunca se sabe, venía de otro lado más complicado. Ni que decir tiene que en ningún momento, viniendo de una persona deportista, sana, activa…nadie pensó en que podría sufrir una enfermedad de este tipo. Por desgracia nadie está a salvo de este mal.

No voy a engañar a nadie, las dos primeras sesiones de Quimioterapia fueron muy duras, con visitas a Urgencias varias veces debido a fiebres y malestares generales…todo entra dentro de los protocolos.  Poco a poco todo se fue normalizando, haciendo vida normal y disfrutando de un intenso verano de 2016, hasta que faltando sólo dos sesiones más de Quimioterapia se me comunica que el tratamiento no está funcionando y debe de cambiarse la línea a seguir, es decir, Quimioterapia de 24 horas ingresado y trasplante de médula ósea. Mi primera respuesta fue el no querer ingresar ni enfrentarme a la nueva línea de tratamiento pero una vez en frío hay que aceptar lo que venga e intentar superarlo. La verdad que durante esta nueva etapa ingresado me fue bastante bien, conocí gente maravillosa, pacientes, personal sanitario y a la Asociación ASCOL, que tantas horas y tanta ayuda me prestó en esos malos momentos. Por suerte hoy puedo contar mi experiencia, gracias a dicha etapa, algunos dicen mala otros como yo buena, laboralmente me he vinculado al mundo sanitario, algo impensable si me lo hubieran ofrecido antes de ser diagnosticado de Linfoma de Hodking. Dar las gracias a todas las personas que hacen que podamos tener una segunda vida y por supuesto a mi familia que ni un minuto dejaron que perdiera la esperanza.

¡¡¡SIEMPRE FUERTES!!!

ALBERTO RODRÍGUEZ (Salamanca)